Lenguaje corporal y convivencia

La cuarentena prolongada y el confinamiento han puesto a prueba nuestras capacidades y habilidades psicológicas de lidiar con esta situación que no tiene precedentes y, entre ellas, nuestra competencia para la convivencia con las personas que compartimos espacio.

Es posible que durante el transcurso de la cuarentena hayas experimentado dificultades para entenderte con tu pareja, familia, compañeros de piso… Situaciones que antes, probablemente no suponían un conflicto, actualmente desembocan en disputas y roces leves que ocupan nuestra mente durante bastante tiempo, generando un clima de malestar entre las personas con quienes compartimos espacio en el confinamiento.

Una de las herramientas que nos ayudará a establecer una mejor comunicación, y con ello, a
mejorar la convivencia, es la identificación emocional de las personas que nos rodean. Conocer
el estado emocional propio y el de los demás, es fundamental cuando quieres comunicarte.
¿Te acercarías de la misma forma a una persona que está triste, que a una que está enfadada?
Probablemente, no. De esta reflexión viene nuestro primer consejo:

  • Antes de iniciar una conversación con la persona o personas con las que
    convives, párate unos segundos a escuchar cómo te sientes y fíjate en qué
    emoción transmite el otro. Así podrás expresarte con autenticidad y abordar tu
    mensaje desde la verdadera empatía. De este modo, favorecerás el entendimiento mutuo.

¿Se puede intuir cuál es el estado de ánimo de una persona sin decir una palabra?
Por supuesto que sí.

Sin ser conscientes de ello, nuestro cerebro posee una herramienta fundamental para este
objetivo: la empatía. La mayoría de nosotros posee un grado de empatía más o menos
desarrollado para inferir el estado emocional de una persona. Todo esto tiene una base
biológica: las neuronas espejo.
Cuando pensamos en comunicación, solemos tener en cuenta únicamente el diálogo; sin
embargo, el lenguaje no verbal es una parte esencial, y toda comunicación, a su vez, es
información. Algunas de las disciplinas que estudian la comunicación no verbal son las
siguientes:

  • Kinésica: Estudio de la postura, los gestos o la expresión facial de una persona.
  • Proxémica: Estudio del uso que una persona da al espacio que le rodea.
  • Paralingüística: Estudio de la entonación, intensidad y velocidad del discurso entre
    otros elementos.


Relación entre la postura corporal y el estado emocional

En este artículo nos centraremos en tres indicadores del lenguaje corporal (kinésica) que nos
dan información acerca de cómo se siente una persona, y que son fáciles de identificar.

  1. Expresión facial: La información que nos da el rostro es especialmente útil. Cada
    emoción tiene asociados unas expresiones faciales, universales que son
    independientes de la cultura.
    Cabe destacar el papel de la mirada que también aporta muchísima información:
    cuando una persona nos mira fijamente se suele asociar a desafío o enfado, de ahí que
    en la mayoría de las culturas mirar fijamente se considere una falta de educación; sin
    embargo, en un contexto de conversación indica atención e interés. Por el contrario,
    evitar la mirada se asocia con el miedo, la vergüenza, el rechazo y el aburrimiento.
  2. El tono muscular: ¿Cómo ves a la persona? ¿Está tensa? ¿o relajada? Este indicador
    puede ir desde un tono muscular elevado (normalmente asociado a preocupación,
    enfado y ansiedad
    ), hasta un tono muscular notablemente bajo; en relación a éste, en
    ocasiones podemos observar cómo la persona parece tener todo el peso apoyado
    sobre una parte de su cuerpo como si estuviera “abatido”, lo cual puede ser signo de
    cansancio, aburrimiento o tristeza.
  3. Agitación psicomotora: Este signo es especialmente visible y suele ponerse de
    manifiesto cuando una persona está notablemente enfadada o contrariada, cuando
    tiene una preocupación intensa o está muy nerviosa. Algunos de los signos son:
    realizar movimientos involuntarios y repetitivos de la pierna o de las manos sin
    ninguna finalidad en particular, caminar de un lado para otro sin parar, morderse las
    uñas o la piel de alrededor de estas, morderse los labios…

En resumen

El lenguaje corporal nos ofrece información generalizable a cualquier situación. Hay que tener
siempre en cuenta el contexto en el que se interpreta, pero indudablemente, poner atención a estos elementos hará que seas más sensible a las emociones que experimentan los demás y
favorecerá que te comuniques con ellos de una forma más empática y constructiva, no sólo en
situaciones de convivencia, si no en cualquier contexto en el que procures tenerlo en cuenta.

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