La mayoría de nosotros/as, en algún momento, ha terminado una relación sentimental que ha sido dolorosa, ha realizado un cambio vital importante que ha generado sentimientos de tristeza y nostalgia, o ha perdido a algún ser querido.
Estos eventos de la vida diaria, tienen efectos diversos en nosotras/os, aunque, sobre todo, tienen mucho impacto en nuestro estado de ánimo y nos hacen sentir emociones desagradables, que pueden llegar a alargarse en el tiempo, generando mucho sufrimiento.
¿Qué es el duelo?
Es un proceso psicológico que experimentamos, en mayor o menor intensidad, al sufrir una pérdida.
La mayoría de las veces asociamos el duelo al fallecimiento de una persona o una mascota, ya que puede ser el ejemplo más frecuente, en el que se experimenta de forma más intensa; sin embargo, hay muchas otras situaciones en las que también se da, sin estar asociado necesariamente a la muerte, como pueden ser cambios vitales importantes, por ejemplo:
- Una ruptura de pareja dolorosa.
- Una mudanza: generalmente, cuando cambiamos de ciudad, y en consecuencia, de costumbres, amigos y zona de confort.
- Un cambio de trabajo: puede ser más pronunciado en el caso de un despido, si orientamos la causa en nosotros, cuando no tiene por qué ser así.
- Diagnóstico de una enfermedad: es muy común que, añoremos los momentos anteriores en los que estábamos sanos.
Éstos son sólo algunos ejemplos que pueden desencadenar un proceso de duelo; sin embargo, puede haber muchas otras causas que no estén aquí reflejadas. Nuestro compañero Sergio Parrilla realizó un artículo focalizado en el duelo asociado a la fatiga pandémica, puedes encontrarlo pinchando aquí.
Duelo por una vida no vivida
Es importante destacar que, el duelo está asociado a una pérdida; sin embargo, esta pérdida puede ser real, o presentarse de forma imaginaria: este sería el caso del duelo de una vida no vivida. Un ejemplo muy característico de todo esto, es cuando afrontamos crisis vitales por decisiones que hemos tomado y creemos que fueron erróneas: personas que han decidido, o no han podido, tener hijos, y en algún momento se cuestionan esta situación, añorando o proyectándose en una vida en la que las cosas pudieron ser diferentes.
Cualquier persona es susceptible de sufrir este tipo de duelo, sobre todo, en aquellos momentos en los que nuestra autoestima está más baja, y nuestra mente tiende a cuestionar las decisiones que nos han llevado a estar en el lugar en el que nos encontramos, e imaginamos cómo habría sido nuestra vida, si hubiésemos tomado otro camino.
¿Los animales, tienen procesos de duelo?
El comportamiento de los animales cuando pierden a seres queridos, ha sido observado desde hace años, y todo parece apuntar a que, al igual que nosotros/as, algunos mamíferos como los gorilas, los elefantes y las ballenas o delfines, también atraviesan procesos de duelo cuando pierden a un miembro de su manada, y realizan diversos rituales para “despedirse” de sus seres queridos, llegando a velar los cuerpos durante largos periodos de tiempo.
Estos mamíferos al igual que los seres humanos tienen una gran capacidad y riqueza para sentir emociones hacia los miembros de su especie y su manada, lo que nos enseña que, el duelo es parte de nuestra vida como seres sociales y emocionales.
¿Cuáles son las fases del proceso de duelo?
El duelo puede durar aproximadamente entre seis meses y un año en función de cómo haya sido la pérdida. Durante este periodo se pueden dar las siguientes etapas, no necesariamente en el mismo orden, las cuales describió por primera vez la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross:
- Negación: hasta que asimilamos la pérdida, podemos atravesar esta fase en la que no aceptamos que la pérdida haya tenido lugar, o pensamos que, en cualquier momento, la situación va a volver a ser como era anteriormente.
- Ira: durante esta fase, es normal que aparezcan pensamientos del estilo: “no entiendo por qué me sucede esto” o “es injusto que esto me pase a mí”. Son pensamientos relacionados con un sentimiento general de injusticia, frustración y de querer encontrar al culpable o culpables de la situación.
- Negociación: durante esta fase, es habitual querer llegar a acuerdos y negociar con nosotros/as mismos/as para no aceptar la pérdida completamente. Las personas religiosas, tienden a negociar también con su dios o fuerza superior.
- Dolor emocional: en esta fase, van teniendo lugar momentos de tristeza y dolor relacionados con la pérdida; generalmente, son más pronunciados al principio y, a lo largo del tiempo, van siendo menos intensos.
- Aceptación: sucede cuando asimilamos la pérdida y entendemos que es inevitable. Esta fase, generalmente, está asociada a un periodo de calma y comprensión.
Es importante remarcar que, estas fases no tienen por qué sucederse en orden y que pueden suceder varias veces durante el mismo duelo.
¿Cuándo empieza a ser un problema el duelo?
Un período de duelo normal oscila entre seis meses y un año. Cuando observamos que, transcurrido ese tiempo, no hay mejoría, hablamos de un duelo patológico, que puede acabar desencadenando en un episodio depresivo.
Si observas que ha transcurrido más de un año desde que sufriste una pérdida o alguna de las situaciones descritas anteriormente, y ves que no hay mejoría en tu estado de ánimo, no dudes en buscar ayuda profesional contactando con nosotros/as.